El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento porque si nos amargamos pensando que nos va a doler, ya te duele, y lo peor es que no existen aspirinas para ello y lo llevas como tu sombra. Lo mejor que puedes hacer es disfrutar que sólo el que se cae es el que aprende a levantarse y el que lo ha intentado de verdad...
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